Todo el mundo sabe que la crisis que aún no hemos dejado atrás tiene unas gravísimas consecuencias socioeconómicas. No solo en las grandes empresas, sino sobre todo entre los pequeños y medianos empresarios, los artesanos, “los de los comercios, los talleres, la limpieza, el transporte y tantos otros”. Su sacrificio para encontrar una salida a esta crisis, para salvar su negocio y a sus empleados, está siendo enorme. Ellos “con valor, con esfuerzo, con sacrificio, invierten en la vida, generando bienestar, oportunidades y trabajo”. El Papa Francisco ha querido agradecerles su labor en su intención de oración para el mes de agosto.