"¡Cuánto me gustaría que mirásemos menos las pantallas y nos
mirásemos más a los ojos!" El Santo Padre nos invita a "usar la
tecnología para unir, no para dividir." Advierte sobre el riesgo de que
las tecnologías reemplacen las interacciones cara a cara, lo que puede llevar a
una disminución de la calidad de nuestras relaciones humanas. Nos invita a
buscar un equilibrio, usando la tecnología para facilitar las conexiones
humanas auténticas, y no para reemplazar las por interacciones virtuales.